Las computadoras del futuro

El Centro Alemán de Informática para el Clima, en Hamburgo, trabaja en la visualización de datos relacionados con el calentamiento global. Lo hace con ayuda de uno de los cerebros electrónicos más rápidos del mundo.

La súpercomputadora de Hamburgo.Imagen: dpa

No todos los 60 colaboradores del Centro Alemán de Informática para el Clima, con sede en Hamburgo, pueden entrar en la zona restringida, ubicada en el cuarto piso. Uno de quienes sí tiene acceso es Niklas Röber. El ingeniero en informática trabaja en la visualización de datos relacionados con el clima. Lo hace con ayuda de un ordenador que figura entre los cerebros electrónicos más rápidos del mundo.

El súpercerebro se hace presente cual una tormenta. Niklas Röber gesticula, pues en medio de tanto ruido toda conversación resulta imposible. Más de dos docenas de ordenadores forman varias filas. Son grandes, negros y muy estentóreos. Cerca se extienden cables de red, de 25 kilómetros de largo, que conectan unos grupos de computadoras con otros. Así, todo compone un equipo herméticamente unido. La temperatura del súperordenador IBM es mantenida en un nivel adecuado a través de muchos ventiladores.

Dos pisos más abajo, otros colaboradores del Centro Alemán de Informática para el Clima trabajan en sus computadoras y producen complejas visualizaciones y modelos climáticos. Para ello procesan las cantidades extremadamente grandes de datos surgidos de las súpercomputadoras.

El director de esta area es el oceanógrafo Joachim Biercamp. Trabaja aquí desde hace 25 años, y conoce a todas las antecesoras de la súpercomputadora, que entre tanto tiene ya dos años de edad. Sobre una imagen electrónica del mundo, Biercamp muestra de lo que es capaz el súperordenador.

"La investigación sobre el clima funciona solamente a través de simulaciones por computadora, pues es imposible realizar experimentos con nuestro planeta. Así, la climatología pertenece a las pocas ciencias que emplean computadoras con capacidades casi ilimitadas de operación. Alemania se ha preparado de manera sobresaliente en el campo de la investigación climatológica; el país ha invertido grandes cantidades de dinero en estos ordenadores especializados para procesar datos sobre el clima. Hay muy pocos países en el mundo que realizan inversiones similares, y si no contáramos con esto, las condiciones de trabajo para los investigadores serían mucho peores”, dice el científico.

Investigación precisa

La súpercomputadora ayuda a los climatólogos a trabajar de modo muy preciso. En los modelos de cálculo se toman en cuenta muchos factores como las condiciones de la atmósfera y de los océanos. Así es posible estudiar la evolución de los glaciares y otras superficies, además de la diversidad botánica o el curso de los vientos.

Entre tanto, Niklas Röber lleva a cabo algunos experimentos que en diversas conferencias sobre el clima han puesto la carne de gallina a los asistentes.

"Éste es un modelo que nos muestra lo que sucedería si se apagara el sol. Éste nos provee de energía, luz y calor, y si esto faltara, en cuestión de meses todo se congelaría", describe.

"Aquí vemos la erupción de un volcán en el norte de Siberia. Podemos ver que se extiende básicamente hacia la parte norte. Esto no debería suceder, pues de lo contrario, tendría consecuencias nefastas", prosigue.

La base de datos del Centro Alemán de la Informática para el Clima es consultada por científicos de todo el mundo, quienes usan el súperordenador para elaborar modelos estadísticos y calcular los efectos globales por el aumento en la emission de gases invernadero. Son tareas muy complejas, dice Michael Lautenschlager.

"De momento nos ocupan los grandes cálculos que gobiernan las simulaciones globales, en preparación al próximo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. El quinto de estos documentos debería ser publicado entre 2013 y 2014. Los cálculos correspondientes se realizan de manera internacional. Éstos, como los modelos y los resultados que de ellos se extraigan, pasarán por nuestra computadora."

Un ordenador para el mundo

Michael Lautenschlager dirije el area de procesamiento de datos. Todas las cifras relevantes que produzca la súpercomputadora, dice, serán almacenadas en el archivo histórico. Para el científico, esta biblioteca es incluso más valiosa que la súpercomputadora misma.

"Aquí tenemos los almacenes de datos, en bandas magnéticas. Arriba, en los ordenadores, están los platos que permiten el acceso rápido a los datos, y aquí hemos construido nuestro archivo histórico. A la izquierda y la derecha tenemos los depósitos de las bandas. Ahí se insertan las cintas y en medio está el robot que busca las cintas específicas de acuerdo con lo que le indica el súperordenador. Éste actúa aquí y allá, lee los códigos de las cintas, las busca según ese código, e inserta las cintas en el lector. Ahí se logra el acceso a los datos, que son enviados de nuevo a la súpercomputadora."

Autora: Oxana Evdokimova/Enrique López

Editor: José Ospina