“Fractivistas” vs. industria gasífera
En Nueva York, la artista japonesa Yoko Ono y su hijo, Sean Lennon, lideran una coalición de "Artistas contra la fracturación hidráulica". A ellos se unen músicos como Lady Gaga, Paul McCartney y Ringo Starr, escritores como Salman Rushdie y actores como Alec Baldwin y Uma Thurman. Su campaña se inició luego de que el gobernador de Nueva York anunciara el próximo uso del fracking, como se le conoce en inglés, en ese Estado.
También en Alemania, las compañías energéticas quieren emplear esta técnica no convencional para explorar nuevos yacimientos de gas natural. La oposición crece entre los ciudadanos, especialmente en los Estados de Renania del Norte Westfalia y Baja Sajonia.
“Investigando en Internet descubrí que esto se hace desde hace tiempo en los Estados Unidos, con sucias consecuencias para el medio ambiente. Miles de litros de químicos se inyectan a presión en la tierra, se fracturan capas rocosas, y el metano entra parcialmente en contacto con el agua subterránea”, asegura Martin Knäpper, empleado de comercio en la ciudad de Hamm, padre de dos hijos y ahora un ambientalista comprometido con la “Iniciativa Ciudadana contra la Perforación Gasífera en Hamm”.
Método no convencional
El gas natural se halla siempre en estructuras de rocas porosas. En los yacimientos convencionales, estos poros están conectados y el gas encuentra su propio camino hacia el pozo perforado por la industria.
Pero en yacimientos no convencionales, la fracturación hidráulica intenta conectar poros rocosos separados por rocas impermeables, aclara Ritva Westendorf, vocera de la empresa Exxon Mobil, en Hanóver: “Con el fracking, se intenta producir pequeñas fracturas en la roca, aproximadamente del grosor de un centímetro. Se inyecta agua a presión en el yacimiento, con arena, porque de lo contrario las grietas en la roca se cerrarían al retirar la presión de agua.”
Y he aquí donde "se traba el paraguas": el agua y la arena no se mezclan bien sin ayuda. Así que la industria emplea químicos para evitar que la arena se separe de la mezcla. Mientras, otro grupo de químicos impulsa el líquido a las profundidades, y otros más evitan que la roca se vuelva esponjosa. Cuando el líquido alcanza entre los 1.000 y 5.000 metros de profundidad, más químicos se encargan de revertir el efecto, pues la arena debe quedar entre las grietas, mientras el agua se retira a presión para abrir paso al gas. Además, los biocidas evitan que bacterias y hongos se mezclen en el proceso.
“La presencia de agregados químicos es muy baja, entre el 0,2 por ciento y hasta el 2 ó el 5 por ciento, depende del yacimiento. Pero en conjunto, esta mezcla no es peligrosa para el medio ambiente, ni tóxica, ni de declaración obligatoria, según las regulaciones para el uso de sustancias químicas”, afirma Ritva Westendorf.
"Nada nuevo, ni inseguro"
Además, agrega la vocera del gigante energético Exxon Mobil en Hanóver, el método se ha empleado unas 300 veces en los últimos 50 años en Alemania, sin que se haya contaminado el agua potable. La perforación es telescópica y las capas rocosas que conducen al agua potable se protegen con barreras de hierro y cemento para evitar la fuga de químicos o gas.
Pero, ninguno de los componentes de esta mezcla es realmente inocuo. Sólo las proporciones en que aparecen diluidos deben ofrecer seguridad. Algo que no convence a los ciudadanos: “Veámoslo así: En uno de estos procesos se emplean 4 millones de litros de agua, diluidos con 80.000 litros de químicos. Eso, para mí, son demasiados químicos”, ilustra el “fractivista” alemán Martin Knäpper. De su mente no se borra un documental estadounidense con que el pasado año se denunciaban las presuntas consecuencias del fracking: el agua que salía de algunos grifos estaba tan contaminada con metano que podía encenderse con un mechero.
Por eso, Knäpper sigue investigando, divulgando y recopilando firmas. Y no es el único, otros 13.000 ciudadanos hicieron llegar sus firmas al Parlamento alemán, pidiendo que el gobierno prohíba usar la fracturación hidráulica en la explotación gasífera.
Por el momento, el más reciente informe del Ministerio y la Agencia Federal de Medio Ambiente recomienda seguir investigando científicamente, y sólo permitir el fraccionamiento hidráulico en pequeña escala, tras estrictas verificaciones sobre su impacto ambiental. Además, la técnica debería prohibirse del todo en zonas protegidas para el abatecimiento de agua potable, sugiere el informe. En diciembre, una reunión de expertos debatirá estas recomendaciones. Luego, el tema podría llegar al Parlamento y aspirar a su regulación legal.
Autores: Brigitte Osterath / Rosa Muñoz Lima
Editor: Enrique López